domingo, 5 de diciembre de 2010

Ignacio Ramonet sobre medios, manipulación e independencia informativa

El periodista, la objetividad y el compromiso

por Pascual Serrano (www.pascualserrano.net)

Los teóricos neoliberales centran su análisis sobre la información en la necesidad de elementos como la imparcialidad, la objetividad, la independencia, la neutralidad... El ejemplo más claro de que, en términos absolutos, no existe la neutralidad informativa se evidencia desde el momento en que se elige lo que es noticia1. Cuando un periódico selecciona como noticia principal de portada la concesión de un oscar en Hollywood o un informe de Amnistía Internacional, está tomando una posición editorial determinada. Ya dijo Ryszard Zapuściński que no puede ser corresponsal quien “cree en la objetividad de la información, cuando el único informe posible siempre resulta personal y provisional”.2

Algo similar podríamos decir del concepto de equilibrio informativo. El veterano periodista experto en Oriente Medio Robert Fisk criticó ese falso discurso del equilibrio y afirmó que “los periodistas deberíamos estar del lado de quienes sufren. Si habláramos del comercio de esclavos en el siglo XVIII, no le daríamos igualdad de tiempo al capitán del navío de esclavos en nuestros reportes. Si cubriéramos la liberación de un campo de concentración nazi, no le daríamos igualdad de tiempo al vocero de las SS”3. José Ignacio López Vigil ha dedicado toda su vida al periodismo comunitario en América Latina, al lado de la gente pobre y sencilla.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Medios ricos, democracia pobre

Por Amy Goodman, periodista (Democracy Now)

Al cierre de las elecciones de mitad de mandato en Estados Unidos, el mayor ganador aún no ha sido declarado, a saber: los grandes medios de comunicación. El mayor perdedor, mientras tanto, ha sido la democracia. Estas fueron las elecciones legislativas de mitad de mandato más caras en la historia de Estados Unidos: costaron casi cuatro mil millones de dólares, de los cuales tres mil millones se gastaron en publicidad. Me pregunto qué pasaría si el tiempo publicitario para las campañas fuera gratuito. No se oyen debates al respecto, y no se oyen porque las corporaciones que manejan los medios masivos de comunicación obtienen inmensas ganancias con los avisos publicitarios de las campañas políticas. Sin embargo, las ondas radioeléctricas que los medios utilizan para emitir sus señales son públicas.

Esto me recuerda el libro escrito en 1999 por el especialista en medios de comunicación Robert McChesney: “Rich Media, Poor Democracy” (Medios ricos, democracia pobre). En su libro, McChesney escribe: “Los medios tienen poco incentivo para brindar cobertura a los candidatos ya que resulta de su interés forzarlos a publicitar sus campañas.”

El grupo de investigación Wesleyan Media Project de la Universidad Wesleyan, hace un seguimiento de la publicidad política. Tras el reciente fallo de la Corte Suprema en el caso “Citizens United contra la Comisión Federal Electoral” por el cual se autoriza a las grandes corporaciones a destinar sumas ilimitadas de dinero a la campaña publicitaria de los candidatos, el proyecto hace notar que: “El tiempo de aire destinado a publicidad se ha saturado de anuncios relacionados con la Cámara de Representantes y el Senado, que ocupan hasta un 20 y un 79 por ciento respectivamente del total de tiempo de aire”.

Rosa María Calaf: la entrevista

Miguel Gil, corresponsal de guerra

Miguel Gil es uno de esos periodistas rodeados de un halo romántico por su admirable dedicación al periodismo y su prematura muerte, mientras cumplía con su profesión. Abogado con una vida acomodada en Barcelona, un día, según sus propias palabras, se cansó de coger el bus para ir al trabajo y decidió viajar en su moto hasta Kosovo, donde consiguió acreditación de periodista y cubrió aquella guerra, cruenta, como todas.

Miguel era de esos que arriesgaban su vida en la zona de conflicto y en vez de permanecer en el seguro hotel de periodistas en la retaguardia se colaba entre líneas enemigas y convivía con las víctimas para después contar lo había visto con perspectiva. Tuvo una carrera fugaz y brillante, hasta que en Sierra Leona salió su número, y calló, junto a un periodista norteamericano, en una emboscada guerrillera.

A su muerte, más de cincuenta periodistas de todo el mundo, que fueron compañeros de Miguel sobre alguno de los frentes que pisó, escribieron un libro de homenaje titulado "Los ojos de la guerra" con vistas a financiar el premio Miguel Gil. Sin embargo la mejor manera de recordar a este periodista es aprender de su ejemplo.
Un blog con el que reflexionar sobre el periodismo, para aprender de trabajos y profesionales del presente y del pasado, para no perder lo que de bueno tiene y debe tener esta profesión, sobre todo en una época de becarios, sueldos precarios y falta de medios.